El viernes pasado celebramos en clase la famosa fiesta originaria de EEUU: Halloween.
Llevé una calabaza con ojos y boca a clase para que los niños/as pudieran verla y tocarla, de paso, podíamos hablar del tema y ver que interés tenían ellos en ésta tradición.
La verdad, que la mayoría estaban muy entusiasmados, les gustó mucho y querían hablar más y más, jeje.
Ése día teníamos una tarea especial para hacer: cada uno pintaría su propia calabaza de Halloween, ¿de qué color? naranja (dijeron todos), pero, se nos planteó un problema, resulta que la profe sólo tenía dos colores: el rojo y el amarillo. Ninguno de ellos era el naranja que necesitábamos, entonces... ¿qué hacemos? prengunté yo.
Todos pusieron cara de pensativos y levantaban los hombros hacia arriba, hasta que Leire muy dispuesta y decidida dijo: "pues mezclarlos", ah, vale, ¡vamos allá!
Al mezclarlos vimos como "tachán" ¡magia! aparecía el color naranja que necesitaba nuestra calabaza, ¡yujuuuuu!
En grupos todos los niños pintaron su calabaza y las pusimos a secar...
Finalmente les pusimos los gomets a modo de ojos, nariz y boca (repasando con ello los elementos de la cara que estamos trabajando en clase). Éste fue el resultado final:
Y DESPUÉS... HICIMOS EL TALLER DE PINTURA DE CARA, ¡dábamos miedoooooo!
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